Cómo cultivar berenjenas

Saber cultivar berenjenas es un poco “el objetivo de cualquiera que ame probar su mano en la verdura y la jardinería; la berenjena es de hecho una verdura muy utilizada en la cocina para la preparación de platos (incluso famosos) de la cocina italiana. La planta de berenjena tiene un tallo herbáceo o parcialmente de madera, las hojas son anchas y peludas por encima. Viene de Asia y es muy resistente a la sequía, lo que significa menos riego.

Familia y calidad

La berenjena es parte de la familia de las solanáceas, junto con el tomate, el pimiento y la patata. Las flores de la berenjena son muy grandes en tamaño comparadas con las otras pertenecientes a su propia familia. Las cualidades de la berenjena son muchas y cambian según la forma, el color y el sabor. Entre las más comunes están la Violeta de Florencia con su característica forma redonda, la Belleza Negra con sus grandes frutos, el Huevo Blanco por su color blanco y la Berenjena de Rimini que tiene un color púrpura oscuro, es alargada y es muy temprana.

El suelo antes de la siembra

La labranza antes de sembrar la berenjena es muy importante y debe llevarse a cabo en detalle. Los suelos abundantemente fértiles son muy buenos, los suelos blandos y blandos con alta capacidad de filtración de agua son bien aceptados; los suelos compactos no son recomendables.

Es importante que no haya nitrógeno en el suelo que pueda provocar la caída anormal y prematura de las flores, también llamadas cascadas; por esta razón no es necesario utilizar el mismo suelo donde se han cultivado anteriormente las leguminosas ya que éstas liberan nitrógeno.
Debe enterrarse una cantidad de estiércol que oscile entre 6 y 8 kg por metro cuadrado (0,6 a 0,8 si se utilizan herramientas como el estiércol o el estiércol en paletas).

Período de siembra

Las semillas deben colocarse a 80 cm entre las filas y a 60 cm entre ellas. La siembra se realiza en marzo en un semillero que protege el crecimiento del mal tiempo y luego, cuando las temperaturas superan los 9 grados, entonces alrededor de abril, se realiza el transplante. El peligro que corre si no se respeta este último punto es el estrés climático que en tiempos largos lleva a la planta a no crecer.

Para la transformación de las flores en frutos es necesaria una temperatura superior a 15 grados pero no superior a 32-33 grados, de lo contrario hay riesgo de caída.

Cultivo

Para cultivar berenjenas no se necesita un gran gasto de recursos ya que hay pocos pasos útiles. Todo lo que se necesita es el control de las malas hierbas, la colocación de frenos de crecimiento y apisonamiento.
Como ya se ha mencionado, las plántulas de berenjena pueden soportar bien la sequía (ciertamente no de la fruta si no les das agua) y esto gracias a sus profundas raíces.

Irrigación

La irrigación ideal sería la irrigación por goteo (a diferencia de los tomates y los pimientos) o la irrigación por lluvia, teniendo esta última el doble efecto de evitar el ataque de la araña roja.
La luz debe ser intensa y constante porque en su ausencia la planta se ve afectada.

Recolección y sucesión

  • Deben pasar 10 días después de que las flores se hayan transformado en frutos antes de que se endurezcan. El período va desde el comienzo del verano hasta noviembre porque con el frío la planta muere y desprende un olor similar al del tabaco.
  • Entiendes que es demasiado tarde para cosechar incluso del color que se vuelve amarillento a marrón.
  • En el mismo lugar donde se encontraban las plantas de berenjena se sugiere plantar más tarde vegetales de la misma familia, las solenáceas.

Enfermedades, parásitos y dolencias

Las enfermedades de las berenjenas son pocas y están todas combatidas con cobre. El más peligroso es el verticillium daliae que obstruye las macetas de la planta y la lleva a la muerte rápidamente. Otras dos enfermedades son el mildiu y el fusarium, que hacen que las hojas se vuelvan amarillas y conduzcan a la sequedad.

Los parásitos que atacan a las berenjenas son diferentes y son peligrosos para ellas. Una de ellas, ya mencionada, es la araña roja, que se previene regando las hojas y haciendo tratamientos con azufre, ajo o jabón de Marsella. Otros parásitos son los pulgones, que se colocan bajo las hojas y aportan virosis a toda la planta; para cazarlos se necesitan largos y numerosos tratamientos que pueden evitarse en caso de presencia de mariquitas. Puedes encontrar caracoles, larvas y moscas de las minas que tienen en común que golpean y crean agujeros en las hojas o frutos. Finalmente, las mariposas blancas atacan las hojas, causando que se vuelvan amarillas.

Una patología muy común, de la que ya hemos hablado antes, es la cascada, que se previene fácilmente eligiendo el período de cultivo adecuado.